1/25/2010

Reflexión

Hay que ver lo que nos ha llovido desde que "empezó" mi viaje. Muchas tierras pateadas, mucha gente que se "quedó" (accidentalmente o no tanto) por el camino, momentos de euforia, de dolor, de ira, de... de todo, leches...
Y ahora, que he vuelto a la tierra de mis ancestros, a casa, me planteo muchas dudas.
Hoy escribo poco, las palabras justas para lo que quiero decir, a ver si me podeis ayudar...
¿Si este es nuestro mundo, ahora una roca desgajada en el vacío, que sentido tiene que lo reclamemos, cuando somos ahora unos extraños en casa?
¿Si nuestro enemigo común es la Legión Ardiente, a que vienen tantas guerras triviales entre Alianza y Horda?
¿No sería mejor hacer frente común, y luego, ya se verá?
Total, en tiempos del Jefe Thrall ya se aunaron todas las razas del mundo, ¿por qué no puede volver a pasar?

Tanto andar, y me olvidé la mochila que me regaló mi madre en casa... No me apetece volver, no sea que la descubra en ruinas y desierta...

¡Estoy cansado de todo, que leches, y solo quiero acabar mi servicio a la Horda para irme a tomar vientos!

Pero no estoy cansado de seguir aqui, asique seguire un rato más, hasta que me tenga que ir...

Lok'tar Ogar!

(P.S.: como si hubiésemos tenido alguna vez la posibilidad de elegir y la voluntad de no querer elegir)

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