Reflexión

Hay que ver lo que nos ha llovido desde que "empezó" mi viaje. Muchas tierras pateadas, mucha gente que se "quedó" (accidentalmente o no tanto) por el camino, momentos de euforia, de dolor, de ira, de... de todo, leches...
Y ahora, que he vuelto a la tierra de mis ancestros, a casa, me planteo muchas dudas.
Hoy escribo poco, las palabras justas para lo que quiero decir, a ver si me podeis ayudar...
¿Si este es nuestro mundo, ahora una roca desgajada en el vacío, que sentido tiene que lo reclamemos, cuando somos ahora unos extraños en casa?
¿Si nuestro enemigo común es la Legión Ardiente, a que vienen tantas guerras triviales entre Alianza y Horda?
¿No sería mejor hacer frente común, y luego, ya se verá?
Total, en tiempos del Jefe Thrall ya se aunaron todas las razas del mundo, ¿por qué no puede volver a pasar?

Tanto andar, y me olvidé la mochila que me regaló mi madre en casa... No me apetece volver, no sea que la descubra en ruinas y desierta...

¡Estoy cansado de todo, que leches, y solo quiero acabar mi servicio a la Horda para irme a tomar vientos!

Pero no estoy cansado de seguir aqui, asique seguire un rato más, hasta que me tenga que ir...

Lok'tar Ogar!

(P.S.: como si hubiésemos tenido alguna vez la posibilidad de elegir y la voluntad de no querer elegir)

Ecología

De todas las especies que habitan en los terrenos de los Outlands, ninguna es tan valiosa como el elekk. Por su docilidad, salvo en los periodos de apareamiento y cria, y su gran estabilidad, son unas inmejorables monturas, con el añadido de que cuidarán de su jinete como de sus hijos. Su carne y su leche son alimentos de gran valía en las cocinas de toda tierra conocida, dado que aunan un alto valor nutritivo con un sabor único para el paladar más exquisito. Sus pieles son el material por excelencia para gran cantidad de piezas, desde empuñaduras de armas a mochilas, pasando por armaduras de cuero o refuerzos para maquinaria.
Pero el principal producto por el que son buscados son sus colmillos. Cada elekk adulto proporciona cuatro colmillos de marfil, que viene a representar, en un ejemplar medio, hasta un kilo de marfil refinado. Son muchas las razas que buscan este material, pero tan solo el Consorcio del Vacío tiene competencia en el comercio de marfil, por lo que la caza furtiva está prosperando con alarmantes resultados.

Otra criatura parcialmente domesticada es el talbuk, un animal similar a los antílopes de los Baldios, pero mucho más fuerte y veloz. De caracter agresivo, necesitan haber nacido en cautiverio para aceptar cualquier tipo de domesticación o entrenamiento; una vez lograda la aceptación del humanoide como "macho alfa", estos animales representan un medio de comunicación veloz, con la inconveniencia de que, al no estar acostumbrados a llevar "pasajeros", es común que atajen por zonas escarpadas, requiriéndose una gran habilidad para no desmontar bruscamente.

Altos vuelos

Hola de nuevo! Esta vez escribo en plena patrulla en Nagrand, territorio de uno de los clanes orcos de Outland (el único clan que se mantuvo firme contra la Legión). Precisamente el hecho de escribir aqui es porque ahora el aire es mi nueva casa. En efecto, ahora nos han entrenado como exploradores aéreos.
Superada la fobia inicial a levantarse del suelo más de lo habitual en un salto, o una toña bien dada en el escudo, hasta se le puede coger el gustito. Los bichos no suelen preocuparse de lo que está por encima de ellos (me refiero, literalmente), y los bichos pensantes, son demasiado arrogantes como para creer que una raza tan "primitiva" y "retrasada" es capaz de mantener una flota aérea competente y operativa. Pues vaya si la tenemos!
De hecho, la primera de las misiones de práctica ha sido un bombardeo sobre varias zonas objetivo. Los campamentos-forja de la Legión. Protegidos por cañones antiaereos, cantidad o más de demonios, siervos, belisarios y un largo etc... Y con bombas goblin, para poner las cosas mejores. Imaginate, una se activó en pleno vuelo sin que nos diésemos cuenta, y cuando la vimos, quedaban 3 segundos para detonación. Total, que no se nos ocurre nada mejor que cortar las cinchas del paquete, y ala, a volar. Vaya petardo!
La zona quedó como una taberna después de un fin de semana a lo bestia con los chicos. Y menos mal que no dio tiempo a que el paquete llegase al suelo, que si no, lo mismo se carga la fuente de maná y entonces si que la liamos. Boquete en el suelo, y de la escuadra ni se supo... Quizá por eso nos han retirado de la flota de ataque y nos han mandado a patrulla aérea.
El caso es que las misiones son parecidas: ve de un sitio A a otro sitio B, cargate todo lo que haya entre ambos puntos y en el propio punto B, vuelve a punto A desde punto B (ahora en ruinas), coge recompensa, ve a taberna, bebe, deja la taberna (ahora en ruinas). Repetir hasta morir de forma natural.
Ohhh, si, cuando te dan ciento-y-pico de puñaladas, te caes desde 1500 pies de altura, o te coges una cogorza padre día sí y día también hasta la cirrosis crónica, lo natural es morir, vaya.
Os dejo, acabamos de ver a un grupo de comerciantes tábidos desprotegidos, y claro, el camino está muy peligroso, y habra que "protegerles", jejeje
Lok'narosh!

Jinetes del viento

Y se me acabó el chollo, señores. Se acabo el tener que patear mundo buscando patrón que pague mis facturas, pensando en si me llega el dinero para otra semana más o me toca irme a otro sitio (por temas de seguridad que no vienen al caso, vaya...). Me han nombrado Explorador. Oficial, vaya. Con gente a mis órdenes y todo.
El equipo no es que sea de lo mejor que hay, pero podría ser peor, teniendo en cuenta que solamente hay 2 goblins. Rek, el experto en trampas, un fiera con las minas y similares; y Snizz, que ha estudiado ingeniería gnomica, que se dedica a asegurar las zonas recapturadas. El resto son gente normal, al menos. Novatos, pero normales, al menos para el estándar de la Horda.
Mork y Shank, que son gemelos, son mis oteadores. Van en los extremos de la expedición, por si pudiese haber una emboscada. Tienen buen ojo, pero son algo flojuchos a la hora de ponerse serios. Pero no huyen, y eso ya es algo. quizá alguno de los dos llegue a capitán o algo así... si no mueren antes, claro.
Tenemos también un cartógrafo, Fhanhg Ojobrillante. Un tauren. Toda una estampa, ver a una mole de casi tres metros encima de un dracoleón que no llega a la mitad de su tamaño. Sería un tipo magnífico, si no fuese tan agorero. "Nos van a emboscar", "No creo que sea una buena idea", "Me parece que estamos perdidos"... aunque la frase más escuchada es "¡Cállate, Fhanhg!".
Por último, tenemos al estandarte, mi asistente personal. Un chaval que me ha tocado cuidar especialmente. Skragh, el sobrino de una de mis hermanas (sí, ya os contaré de mi familia un día de estos). Es también nuestro intérprete, aunque no se como narices conoce tantos idiomas. Algún día habra que preguntárselo.
Me dicen que nos vamos ya. Hoy toca patrullar las Gradas del Arúspice, en Terokkar. Un par de elfos nocturnos se nos coló anoche y ha estado a punto de cargarse una de las puertas. Hay que cubrir a los reparadores, vaya.
Lok'narosh!

Volver a casa

Dice una antigua leyenda que los orcos llegaron a Azeroth a través de un portal situado en tierras oscuras y recónditas. Fuimos traídos desde otro plano, desde Draenor, por nuestros maestros Ner'zhul y Gul'dan, brujos de inconmensurable poder, a instancias de Mannoroth, el señor del Foso, que con su sangre corrompió el espíritu de nuestro pueblo como paso para la invasión de los reinos de Azeroth.
Durante largos años estrechó su garra en nuestro cuello, para que fuesemos la punta de lanza de su venganza contra Cenarius, el semidiós. Pero no contó con la fuerza de voluntad del Jefe de Guerra Thrall, nuestro cabecilla, que junto con Grom Hellscream, su predecesor, derrotaron y destruyeron al Señor del foso en un cruento combate en los cañones del Valle de Ashen, liberando a toda nuestra raza.

Pero me desvio del tema...

Hace algún tiempo tuvimos noticia de que el portal a Draenor se había reabierto, por lo que una expedición fue enviada, y posteriormente dada por perdida, pues no hubo noticia de ella, salvo un escudo abollado que volvió atravesando la puerta por propia instancia. Lejos de amedrentarse, el Jefe de Guerra organizó una nueva expedición, mucho más preparada y armada que la primera. También más exitosa, pues logró establecer un asentamiento cercano al Portal en Draenor.
La parte negativa es que dicho asentamiento está situado en una confluencia entre varios campamentos de la Legión Ardiente, por lo que la afluencia de tropas es vital y necesaria. Ahi está el motivo de mi ausencia, vaya. He sido llamado como sobreestante de jinetes del viento y explorador de avanzada, lo que me ha llevado a largos "paseos" por todo lo que queda de nuestro planeta natal. Yo tampoco creía que ese fuese antaño nuestro hogar, pero se siente en los huesos la sensación de... regreso...

Me llaman de nuevo, hoy nos toca patrullar una zona fuerte que nos está disputando la Alianza, y no podemos bajar la guardia. Espero volver y seguir relatando algunas de las nuevas experiencias que he vivido.

Lok'tar!